Vaya, cariño. Por fin has llegado. Te estaba esperando. No sé por qué te has retrasado tanto, menos mal que tu amigo me ha estado entreteniendo, follándome como ves, y me lo he pasado fenómeno mientras te esperaba. No vuelvas a tardar que ya sabes que los cuerno sin ti, son menos cuernos y no me excitan. Así que deja de manosearte esa pilila de niño que tienes, ponte el cinturón de castidad y ven aquí a lamerme el clítoris mientras tu amigo me folla. Se al menos atento y educado en nuestra noche de bodas.
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